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Salud sexual y adolescencia

Dra. Margarita Castro – Ginecóloga Infanto Juvenil

El 4 de septiembre de cada año, celebramos el Día Mundial de la Salud Sexual y Reproductiva. Cuando hablamos de salud sexual, sólo pensamos en el adulto, pero ¿Podemos hablar de salud sexual y adolescencia?

El ser humano es un ente sexuado desde su concepción. Su conducta se ve influenciada por la crianza y la convivencia en familia y sociedad. Y así la identidad de género, el rol de género y la orientación sexual se construyen durante la niñez y adolescencia, constituyendo finalmente la Identidad Sexual de una persona. Esa identidad sexual personal, que se establece como tarea final de la maduración del individuo durante la adolescencia, entra en crisis en una época en la que hay un desfase entre los cambios físicos que se generan en la pubertad (inicio de la adolescencia) y la maduración emocional que se alcanza con posterioridad.

Los anterior expone al adolescente a situaciones de riesgo, porque no posee un control adecuado de sus impulsos. Si a ello le agregamos un pobre conocimiento de su cuerpo, baja escolaridad, disfunción familiar, valores morales no bien establecidos, poco acceso a los servicios de salud y de anticoncepción, tenemos los problemas que hoy enfrentamos: Embarazo en adolescentes e infecciones de transmisión sexual, entre otros.

¿Que? tipo de problemas o escenarios enfrentamos en Panamá?

Vivimos en un país de muchas desigualdades. La juventud y adolescencia no escapa de esto.

Según proyecciones censales, en 2017 en Panamá había 707,209 adolescentes (población entre 10 a 19 años de edad), lo que representa el 16.74% de la población total del país; la mayor parte concentrada en la región metropolitana. Sin embargo, con tasas de embarazo adolescentes mayores a nivel de las comarcas indígenas, en donde también se establecen uniones tempranas, tasas de fecundidad adolescente mayores y menor acceso a atención del parto calificada; todo ello comparado con la población rural y la urbana.

Los niveles de violencia intrafamiliar y de noviazgo también representan un problema de salud pública. En la ENASER 2014-2015 (Encuesta Nacional de Salud Sexual y Reproductiva), el 5,3% de las mujeres encuestadas (entre 15 a 49 años de edad) reportaron haber presentado violencia sexual en algún momento de su vida. De acuerdo con el Ministerio Público (2013), en Panamá, cada 12 horas se comete un delito de abuso sexual contra un menor de edad. Veraguas, Panamá, San Miguelito, Colón y Coclé; representan las áreas de mayor cantidad de casos reportados de abuso sexual infantil. Los grupos más afectados se encuentran entre los 14-17 años (25.6%); y los de 9-13 años (15.5%).

Según informe del MIDES sobre “Juventud en Cifras” en el 2016, cabe indicar que el 31,1% (207) de los nacimientos vivos reportados de madres menores de 15 anos tenia como padre a hombres mayores de 20 anos.

La edad y el inicio de vida sexual

Según ENASER 2014-2015, la edad promedio de inicio de vida sexual en Panamá esta? entre los 16 a 17 años; sin embargo, en las comarcas indígenas esta? alrededor de los 15 años, y con preocupación se ve un incremento en el porcentaje de adolescentes que han iniciado vida sexual antes de los 15 años (en comparación con ENASER 2009). La encuesta 2014-2015 devela que el número de adolescentes que tuvieron relaciones antes de los 15 años aumento? considerablemente en el caso de los chicos, del 23% en 2009 al 3% en 2015, y repunto? levemente en las chicas, del 11% al 12%.

Otro motivo de preocupación es que a pesar de que los niveles de conocimiento sobre anticoncepción y uso del condón es bueno, hay una disminución en su uso de forma consistente, lo que los expone a riesgos. ENASER 2014-2015 revela que sólo el 13 % y el 14% de los chicos y chicas de entre 15 y 19 años usaron protección en su última relación sexual de riesgo, frente al 79 % y el 24 %, respectivamente, registrado en el último sondeo de 2009.

En cuanto al embarazo adolescente, por décadas hemos tenido alrededor del 19% de embarazos en este grupo de edad. En el 2017, se reporto? en la provincia Panamá (Metro/este/Oeste), 2,432 adolescentes embarazadas, la mayor cantidad de embarazadas adolescentes, seguida de Chiriquí y Bocas del Toro. En la comarca Nga?be Bugle?, se registraron 1,133 adolescentes embarazadas y en Guna Yala, 215.

Con respecto a las infecciones de transmisión sexual (ITS) para el año 2016 se concluyo? con un total de 16 mil 68 personas con el VIH/sida, y el grupo predominante estaba entre los 20 y 44 años edad, pacientes que seguramente adquirieron dicha enfermedad en su juventud. Mientras, los últimos informes del Minsa sobre ITS indican que en 2015 se registraron 3 mil 912 casos de ITS en jóvenes de entre 10 y 19 años. De esa cifra total, 3 mil 496 en el sexo femenino y el resto, 416, en hombres; probablemente con un subregistro importante. Las enfermedades más comunes reportadas fueron: vaginitis aguda, vulvovaginitis, virus del papiloma, sífilis y gonorrea.

Existe un poco conocimiento sobre las infecciones de transmisión sexual en la población adolescente certificado a través de estudios de investigación realizados en Panamá? por el Instituto Gorgas (2016 y 2019), tanto a nivel universitario como en grupos escolares. Según los investigadores: “el 98% de los jóvenes posee ‘pobre conocimiento’ del virus de inmunodeficiencia humano (VIH). En general, la gente joven esta? mal informada sobre las ITS/VIH y de sus signos y síntomas”.

A ello se suma, que, con frecuencia, el tratamiento de las infecciones de transmisión sexual para los adolescentes y jóvenes sea inadecuado por diversas razones, como no saber que existen los servicios disponibles, inaccesibilidad a los mismos ya sea por: horarios limitados, costos elevados, vergüenza, culpabilidad o porque los proveedores de servicios en ocasiones están poco dispuestos a atender a esta población. Todo esto hace que los adolescentes eviten acudir a los consultorios, aumentando las secuelas a corto, mediano y largo plazo.

La Educación Sexual

La educación sexual integral es necesaria para poder avanzar como sociedad y país. Mediante esta, se reconoce a la población adolescente como sujetos de derechos que deben ser respetados, pero acompañados con el mejor asesoramiento que les brinde información para la toma adecuada y responsable de decisiones. Por ello, desde el punto de vista de salud sexual y reproductiva y adolescencia, se debe:

• Garantizar el acceso universal a la información sobre salud sexual y reproductiva

• Garantizar métodos anticonceptivos seguros y asequibles.

• Brindar asesoramiento emocional en la toma de decisiones sobre susexualidad

• Atención obstétrica y prenatal de calidad y diferenciado a grupos adolescentes.

• La prevención y el tratamiento de las infecciones de transmisión sexual, incluyendo el VIH.

El abordaje de la educación sexual es multisectorial: desde la escuela, el sistema de salud, la familia y en la comunidad, de forma integrada. Debe ser, por ende, una Política de Estado que abarque no sólo el aspecto biológico de la sexualidad si no también, su aspecto psicológico, social, cultural, afectivo, ético y jurídico.